EVOCACIÓN DE LA GINECOLOGÍA Y LA OBSTETRICIA

EVOCACIÓN DE LA GINECOLOGÍA Y LA OBSTETRICIA

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Alexei Ivanov fue el fundador de la Cátedra de Ginecología y Obstetricia. Era uno de esos maestros clásicos al estilo renacentista: sabía latín a la perfección, coleccionaba instrumentos médicos antiguos, especialmente fórceps, y se enorgullecía de sus biblioteca con libros raros.

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Cuando cursamos esta disciplina  el jefe de la cátedra era Viacheslav Elzov-Estrelkov. Había publicado muchos trabajos científicos, libros y folletos. Tiene muchas condecoraciones  y se le alaba por un método de sutura  en las cesáreas para evitar  posibles infecciones. Cuando nos veía, nos saludaba y aconsejaba: “Muchachos, laven sus ropas. No se pongan camisas con el cuello sucio. Eso es imperdonable en un estudiante de medicina. La personalidad de un médico pulcro se refleja en la vestimenta limpia”.

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Casi todos los manuales de obstetricia que usamos en esta cátedra pertenecen a la pluma de Elzov- Estrelkov, quien también dirigió las más importantes instituciones rusas relacionadas con la maternidad.

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Elzov- Estrtelkov tiene en la actualidad casi cien años y aún trabaja…

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Eugenio Mareev dirigió la cátedra después de Elzov-Estrelkov. Fue también uno de nuestros profesores junto a Nina Petrovna Ermolova. Sus nombres aparecen en los folletos publicados en la cátedra.

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En una clase se hablaba sobre la cicatrización después de una herida o una intervención quirúrgica. Mareev explicó: “Es un proceso biológico complicado con muchas etapas”. Luego habló de esas etapas, y al final dijo: “Pueden resumirlo así: la cicatriz se forma porque a la naturaleza no le gusta el vacío”.

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En otra ocasión los hombres de la clase discutíamos acerca de cuándo una mujer no debía tener relaciones sexuales. Alguien argumentó que durante la menstruación. Hicimos la pregunta a Mareev, quien respondió inmediatamente: “Una mujer no deberá tener relaciones sexuales sólo si sufre de agenesia vaginal”.

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Estábamos en una clase con Nina Petrovna Ermolova. Una mujer caminaba lentamente por el corredor. Nina Petrovna le preguntó: ¿Hacia dónde se dirige, Ud., joven?

-Voy a una intervención quirúrgica. Me van a operar.

-Acompañen a esta joven hasta el pabellón, no puede ir sola, nos dijo Petrovna, al mismo tiempo que le preguntaba por el tipo de operación a la cual sería sometida.

-.Me van hacer un aborto.

Nina Petrovna reaccionó: “Bueno, entonces no exageres, porque un aborto no es una operación. Es algo rápido y sencillo”.

Esta anécdota refleja la posición de una sociedad con respecto a un tema que entre nuestros pueblos es álgido y difícil de tratar.

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Conservo una vieja fotografía que data de 1982. Aunque amarilla y borrosa pueden identificarse los personajes. De Izquierda a derecha están: Eugenio Mareev, Nina Ermolova, este servidor, Avid Riaz (Paquistán) y casi de espaldas, Mujamed Jalil (Líbano).

La foto fue tomada en  Berlín Oriental. Detrás de nosotros está un edificio en ruinas con orificios de armas de fuego. Es una especie de museo al aire libre de la Segunda Guerra Mundial. Se trataba de un viaje que hicimos con los profesores de Ginecología y Obstetricia para visitar instalaciones médicas alemanas.

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En el 50 Aniversario de nuestra Facultad (2011) me encontré con Nina Petrovna Ermolova. Caminaba con mucha dificultad, sin prisa y ayudada con un bastón. Le pregunté por su vida, pensando que estaba jubilada.

-Así como me ves, aún trabajo y opero…

Le solicité información sobre Mareev.

-Murió hace mucho tiempo. Era un hombre joven, pero fumaba mucho…